Brandeburgo: más violencia ultraderechista y menos dinero público para combatirla.


Por Luis M. Rivas. BerlinSur

El ministro del interior de Brandeburgo, Jörg Schönborn (cristianodemócrata) confirmó recientemente con cifras oficiales lo que todos en la región saben: la violencia de ultraderecha crece e, incluso, adquiere matices de terrorismo organizado. En concreto las fuerzas de seguridad de Brandeburgo aseguran que en 2004 se denunciaron 58 delitos de signo ultraderechista más que en 2003. En total 1.051. Las agresiones por motivos racistas o a personas de aspecto o filiación izquierdista ascendieron a 105 (18 más que en 2003)
En el mismo lapso de tiempo, las organizaciones de ayuda a víctimas de la violencia ultra (ver entrevista: Sajonia, Brandeburgo: paisaje con neonazis) tuvieron conocimiento de 551 agresiones en los 5 estados federados del este del país y Berlín. La mayoría se registraron en Sajonia (146) y Brandeburgo (136). En los 551 casos, de mayor o menor gravedad, resultaron afectadas 805 personas. La mayoría de los delitos fueron heridas o lesiones a personas.
En total, las asociaciones de ayuda atendieron en 2004 a 822 personas (675 hombres y 147 mujeres) 360 fueron atacadas por motivos racistas, 329 jóvenes por su vinculación a círculos alternativos o izquierdistas. Entre las víctimas había 13 discapacitados. En 70 casos, fue necesaria una atención prolongada jurídica, médica y/o sicológica.

Pero volviendo a la conferencia de prensa del ministro del interior de Brandeburgo, el conservador Schönborn anunció que su departamento reducirá sensiblemente los fondos a la atención de víctimas de la violencia ultraderechista. La organización Opferperspektive, en concreto, no recibirá un céntimo. La pintoresca (e insincera) razón esgrimida por el señor Schönborn es que la labor de esas asesorías no ha impedido el aumento de la violencia ultraderechista. A la pregunta de si la situación no sería precisamente peor sin esas organizaciones, Schönborn prefirió no responder (entre otras cosas se podría también pensar que él debería dimitir por no haber neutralizado, como ministro del interior de Brandeburgo, las acciones racistas y/o ultras) Tal vez sea también el momento de recordar que en el acuerdo de gobierno entre cristianodemócratas y socialdemócratas se menciona explícitamente la lucha contra la ultraderecha como una de las prioridades del gobierno regional.
Además, y como recogemos en la entrevista a los coordinadores de dos de esas organizaciones (Sajonia, Brandeburgo: paisaje con neonazis), estos grupos no solo prestan apoyo a damnificados, sino que también intentan cultivar y alimentar una cultura democrática que haga frente al discurso racista; y eso es impagable y no se puede medir. (Independientemente de que ese discurso racista y de darwinismo social no es exclusivo de la ultraderecha, sino que está profundamente arraigado en el corazón de la sociedad europea.)

Para esas organizaciones, que desde otoño de 2001 trabajan en los nuevos estados federados y Berlín, el recorte de fondos puede suponer su desaparición. En el caso de Opferperspektive, por ejemplo, el grueso de su presupuesto se cubre con dinero del gobierno central, pero la entrega se condiciona a la opinión del ministerio del interior de Brandeburgo.

1 - El pasado 21 de marzo 12 jóvenes neonazis fueron condenados en Potsdam por su implicación en 10 atentados incendiarios a negocios de extranjeros en Brandeburgo. El juez consideró probado que formaban una banda organizada. Para el delegado gubernamental de extranjería de Brandeburgo, Almuth Berger, este caso demuestra que la violencia racista alcanzó un escalón superior y que grupos organizados intentan minar conscientemente la base económica de extranjeros residentes en Brandeburgo.