Berlín: el desempleo se acerca al 20 por ciento; entre inmigrantes alcanza ya el 48 %.

BerlinSur, mayo 2005

 

Berlín no despega. La actividad fabril en la otrora metrópoli industrial europea supone sólo el 10 por ciento de su empleo (mientras Stuttgart o Braunschweig es la mitad). En lo que Berlín sí es capital alemana es en autoempleo, empleo precario, contratos basura y titulados universitarios y artistas atropellándose por una beca o un contratillo. Y además está el desempleo.

En abril, la tasa de desempleo en Berlín alcanzó el 19,4 por ciento (333.000 personas; 18,2% hace doce meses). En esa cifra no se incluyen 55.000 desocupados “beneficiados” por las medidas públicas de empleo y quienes han quedado excluidos de las listas debido a que su pareja tiene unos ingresos suficientes para la familia (Hartz IV). A escala federal el desempleo registrado se sitúa en el 12 por ciento. La tasa berlinesa se mueve entre las de los nuevos estados federados.

La situación en la capital es especialmente preocupante para jóvenes menores de 25 años . Entre los menores de 20 años, la tasa es del 12,1 por ciento, la segunda más alta de una ciudad de Alemania, según datos de la Agencia de Empleo de Berlín (en Hamburgo es del 4,2% y en Múnich del 2,9). Peor es la situación si se tiene entre 21 y 25 años, aquí el desempleo afecta al 20,7 de los/las berlineses/as. La Agencia de Empleo reconoce en su informe de abril que fue imposible cumplir la promesa del ministro federal de economía (Clement, SPD) quien había prometido encontrar algún tipo de ocupación a la mitad de los jóvenes desempleados hasta finales de abril en Alemania. Peor: desde noviembre el número de parados jóvenes ha pasado de 29.800 a 44.000 en Berlín. Por ejemplo, de los 6.974 jóvenes perceptores del subsidio por desempleo (equivalente a la ayuda social, 345 euros) de los distritos de Pankow, Reinickendorf, Charlottenburg-Wilmersdorf y Spandau, sólo 589 (el 9%) se han podido acoger a medidas de “reinserción laboral”. Otros 441 jóvenes de esos distritos han tenido la increíble suerte de recibir 1-euro-Job (labores de interés comunitario a un euro la hora, complementario al subsidio). Fuentes sindicales señalan que ese tipo de ofertas no abren expectativa profesional ni cualificación alguna y exigen, en su lugar, medidas más razonables como proporcionar el graduado escolar a jóvenes que no lo tienen.

Las cifras más espectaculares se obtienen, de todas formas, echando un vistazo a la situación de los inmigrantes: 47,9 por ciento están si trabajo, un nuevo récord.

La falta de recursos (y coraje) del gobierno berlinés de izquierda (socialdemócratas-poscomunistas del PDS) permite que Berlín sea un laboratorio de la precariedad. Un ejemplo reciente contiene todos los ingredientes de los nuevos tiempos. Para lograr la instalación en la ciudad de la multinacional química BASF, las autoridades locales y el sindicato del sector ofrecieron unas condiciones especiales (inauditas). La aportación del sindicato consiste en aceptar un convenio exclusivo para la empresa con salarios hasta un 25 por ciento por debajo de los habituales en el rubro (del este del país, además). Además se garantiza prescindir de toda reivindicación hasta 2010 (Scheinschlag, 3/5). La visión del jefe de BASF para el Berlín actual coincide con la de los estrategas del poder político: “Necesitábamos un convenio que estuviera entre el nivel salarial del este de Berlín y el de Bratislava o Cracovia. Klaus Wowereit alcalde-presidente de Berlín (SPD), calificó el acuerdo de “señal de esperanza para todo el este de Alemania”. BASF, por cierto, no traslada a Berlín la producción de ningún producto, sino la administración de contabilidad, finanzas y personal de toda sus plantas de Europa. Y a cambio de crear 500 empleos en Berlín, recortará 3.600 (mucho mejor pagados) en su central de Ludwigshafen. Berlín practica, pues, ese dumping salarial que tanto se ataca en la prensa cuando se habla de polacos, checos o rumanos.

Fuentes: Berliner Zeitung, 29-IV-05; Scheinslag 3/05; blz 1/05 (publicación gew berlin)