Memoria selectiva
Por Luis M. Rivas. BerlinSur
El estado alemán
es, en muchos países con dictaduras
recientes como España, un modelo
en la recuperación de la memoria
histórica de los perseguidos. Lo
que solo demuestra que en el país
de los ciegos, el tuerto es rey. Y modelo
de la memoria selectiva practicada en Alemania
es la Bundeswehr, las fuerzas armadas.
En la RFA se ha empleado
hasta hoy en día un complejo alambique
para destilar lo que podriamos llamar un
„antinazismo oficial“1.
Este discurso que intenta hilar sincero
antifascismo con ganas de desempolvar el
orgullo nacional presenta, obviamente, contradicciones
que en el caso de las fuerzas armadas adquiere
rasgos de doctor Jekill y Mister Hyde.
Por un lado está la
reivindicación de los oficiales conservadores
que atentaron contra Hitler en julio de
1944 (un acto elevado a la categoría
del no va más de la oposición
antinazi y con el que se eclipsa a otros
grupos de la resistencia, especialmente
a los comunistas) y por otro, los militares
alemanes de hoy hacen lo imposible para
relativizar y revisar la implicación
de sus predecesores en la guerra de agresión
y genocida de 1939-45. A veces, no obstante,
el espíritu de cuerpo, el orgullo
militarista, traiciona los mejores propósitos.
¿Un ejemplo? Coronel
Werner Mölders,
uno de los aviadores estrella de la Alemania
nazi…,hoy ejemplo a seguir por los
jóvenes pilotos de la escuadrilla
74 estacionada en Neuburg/ Baviera. La carrera
militar de Werner Molders está íntimamente
ligada al nacionalsocialismo. Durante la
Guerra Civil Española, formó
parte de la Legión Cóndor,
el cuerpo voluntario alemán que garantizó
a Franco la superioridad aérea y
abrió el camino a la victoria fascista.
En 1940, el Tercer Reich ataca Francia;
Mölders comienza una carrera meteórica
que le lleva hasta el mando de las fuerzas
aéreas. Con Hermann Göring tiene
una relación privilegiada. Poco después
es comandante de una escuadrilla de cazas
en los bombardeos contra la población
civil inglesa. Hitler en persona condecora
al héroe.
En 1941, el régimen
nazi lanza la guerra de exterminio contra
la Unión Soviética. Mölders
alcanza el cenit de su carrera. Dirige y
coordina operativos aéreos, mientras,
en tierra, la Wehrmacht da cobertura a un
operativo racista de dimensiones desconocidas.
Mölders escribe a su familia: “…está
en marcha una guerra colosal y yo estoy
orgulloso de participar con mi escuadrilla
en el centro de las operaciones de combate”.
Hitler otorga al aviador la mayor condecoración
militar del régimen: la Cruz de Caballero
con brillantes. Una recompensa que solo
dos militares recibirían hasta 1945
(y que hoy la Bundeswehr muestra con orgullo
en una sala de la base aérea de Neuburg).
Poco después de recibir
la medalla, el 24 de noviembre de 1941,
Mölders moría en accidente aéreo.
Su entierro reunió a la cúpula
nazi. El Mariscal Göring despidió
al “caballero de los aires”
del Tercer Reich con las palabras: “…que
su recuerdo nos sirva siempre de ejemplo
y orgullo”. Y parece mentira,
pero en términos muy similares se
expresaban 63 años después
varios oficiales de la base de Neuburg ante
las cámaras del programa Kontraste
de la cadena pública ZDF.
Esta unidad de cazas forma
parte de la élite de la Bundeswehr
y ha participado ya en misiones en el extranjero.
Hace 31 años, la escuadrilla 74 fue
bautizada con el nombre Werner Mölders,
y desde entonces el culto al héroe
incluye también un monumento a su
memoria en el recinto del cuartel y un homenaje,
cada aniversario de su muerte, en el cementerio
berlinés donde está enterrado
(una ceremonia en las que también
participa la ultranacionalista Orden de
la Cruz de Caballero. Fuente: antifa, junio/julio
2004).
En el ministerio de defensa,
un subsecretario aseguró a los periodistas
de la ZDF que se había bautizado
el cuartel con el nombre Werner Mölders
después de asegurarse de que, como
persona, el aviador no estuvo implicado
en el régimen nazi. Al subsecretario
“se le olvido” que una resolución
aprobada por el Bundestag el 24 de abril
de 1998 obliga al gobierno a suprimir cualquier
mención honorífica de los
militares que participaron en la Legión
Cóndor. Documentos accesibles para
cualquier ciudadano (también para
el ministerio de defensa) en el Archivo
federal (Bundesarchiv) demuestran que Mölders
participó, entre otros, en los bombardeos
a Corbera d´Ebre, una población
catalana en 1938.
El reportaje de la televisión
pública impulsó a la Asociación
alemana de Amigos de la República
Española 1936-39 (que acoge también
a antiguos brigadistas) a enviar una carta
a los grupos parlamentarios gubernamentales
(socialdemócrata y verde) del parlamento
federal, en la que se pedía implementar,
de una vez, la resolución de abril
de 1998. La respuesta del portavoz de Los
Verdes en temas de defensa, Winfried Nachtweih,
incluye dos joyas que merece la pena destacar.
Nachtweih reconoce que mantener el nombre
Mölders es un “relicto de una
tradición militar ignorante de la
realidad democrática...algo que debe
ser superado”. Sin embargo: “para
los partidos del gobierno de coalición
el tema de la conservación de tradiciones
militares en el seno del ejército
ha pasado a un segundo plano por varias
razones. Afrontar las tareas, las misiones,
en las que hoy en día está
implicada la Bundeswehr absorve practicamente
todo el tiempo y energías.....Al
asumir la responsabilidad de gobierno, desapareció
todo interés en emitir críticas
a la Bundeswehr que implique un escándalo.”
Pero la falta de oportunidad
(lo inoportuno del reportaje televisivo)
no implica, según el vocero verde,
que el tema sea inocuo; es importante por
una cuestión de imagen; de la imagen
de Alemania en el mundo. Cuando Winfried
Nachtweih afirma que “además
de la escuadrilla Werner Mölders se
deberían examinar todos los nombres
de instalaciones del ejercito vinculados
a militares de la primera y la segunda guerras
mundiales, así como a las campañas
colonalies”, no lo dice por los crímenes
de guerra cometidos o amparados por esos
personajes, sino por una cuestión
de imagen.
No se puede dar la sensación
de que esos “islotes de un tradicionalismo
militar alejado de la cultura democratica”
sugieren “una continuidad entre Bundeswehr
y Wehrmacht,..algo que, en realidad, no
existe”. Una afirmación que
realidades del tamaño de un cuartel
como Neuburg se empeñan en desarmar.
(Dos semanas después
de escribirse este artículo, el ministerio
alemán de defensa anunciaba la eliminación
del nombre Werner Mölders de instalaciones
y unidades de las FF.AA. Casi siete años
tardó en aplicar la resolución
del parlamento. La decisión del ministro
Struck (SPD) se basa sólo en la participación
de Mölders en la Legión Cóndor,
sin censurarse los “méritos”
del héroe nazi en la II Guerra Mundial.
Pero tampoco vamos a quejarnos; para una
oportunidad que tenemos de celebrar algo...)
1
Un proceso, por cierto, aún inconcluso
y que aporta dosis de autoridad moral para
tomar determinadas decisiones de estado.(para
doblegar las oposición de muchos
progresistas a la guerra de la OTAN contra
Serbia, el ministro verde de exteriores,
J. Fischer calificó las agresiones
serbias a los albanokosovares de “preludio
de un Auschwitz”, ante el que nadie
podía quedarse impasible”).