Muerte accidental de
un refugiado
Por Luis M. Rivas. BerlinSur
BerlinSur, mayo 2005
Un joven africano de
21 años moría a principios
de enero en la comisaría de Dessau
(Sajonia-Anhalt) en extrañas circunstancias.
Oury Jallow había llegado hace dos
años huyendo de la guerra civil sin
fin en Sierra Leona. Hasta el momento, el
caso ha encontrado bastante eco en los medios
de comunicación del país.
En la misma Dessau, sin embargo, apenas
ha despertado interés la suerte corrida
por el refugiado. Las autoridades locales
de Dessau no hacen declaraciones sobre el
tema, ni han dado el pésame a la
familia de Oury Jallow. Se limitaron a pagar
el traslado de sus restos mortales a África.
La mañana del 7 de
enero de 2005, el refugiado de Sierra Leona
Oury Jallow es detenido en estado de embriaguez
y trasladado a la comisaría de Dessau.
Se le acusa de molestar a varias mujeres.
Tras ser cacheado a conciencia, y”por
razones de seguridad”, se le ata de
pies y manos al camastro de la celda donde
es introducido. A pesar del concienzudo
registro, Jallow se las arregla, según
el parte policial, para prender fuego 4
horas después a su colchón
no inflamable y eso a pesar de seguir atado
a la cama. Los policías de guardia
ignoran la sirena del sistema anti-incendios
(la apagan dos veces sin más) y el
parlante del circuito de intercomunicación
está durante unos minutos al mínimo
porque los “ruidos” de la celda
“molestaban” al oficial de policía
cuando hablaba por teléfono. Oury
Jallow muere calcinado. Tenía 21
años.
Los hechos arrojan una avalancha
de interrogantes. Nadie logra explicarse
de dónde salió el mechero;
los agentes y el mando de guardia aseguran
que el registro fue exhaustivo y sólo
se encontraron pañuelos de papel
en los bolsillos del joven africano. Ni
siquiera cigarrillos llevaba. Para mayor
confusión, en un primer listado de
restos de objetos hallados de la celda no
se menciona un mechero; al día siguiente
(11.01), sin embargo, aparece en la lista.
Por otra parte, el oficial al mando en la
comisaría declaró posteriormente
que no se hizo caso a la alarma anti incendio
porque estaba defectuosa y se disparaba
sin motivo alguno; luego se supo en la comisión
del parlamento regional que se ocupó
del caso a finales de marzo, que el sistema
había sido reparado en septiembre
y desde entonces funcionaba sin problemas.
Algo que no podía ignorar el mando
policial. Otros puntos no aclarados convincentemente
son por qué entre las 8,30 (hora
de la detención) y las 12,05, hora
del incendio, no se llamó a un intérprete
ni se aflojaron progresivamente las ataduras.
La autopsia practicada al
fallecido establece que la causa de la muerte
fue un “golpe de calor”, debido
a la enorme temperatura que se generó
en la celda.
El funeral por Oury Jallow
tuvo lugar en Dessau el 26 de marzo y en
él participaron 200 personas, la
mayoría refugiados de Brandeburgo
y un puñado de activistas alemanes.
Durante el acto fueron abucheados, y obligados
a abandonar el lugar, un pastor protestante
y el representante del ministerio del interior
de Sajonia-Anhalt. Los intentos de ambos
de lavar el “buen nombre” de
Dessau en sus discursos solo lograron indignar
a la mayoría de los presentes.
El 29 de marzo los restos
mortales del joven africano fueron trasladados
a Guinea Conakry, donde vive su familia.
Días antes, a instancias de los amigos
y grupos de apoyo, un experto forense había
examinado el cadáver en Fráncfort
del Meno. Los rayos X revelaron que Oury
Jallow presentaba una fractura nasal. Además
el médico considera que las quemaduras
que presentaba el cuerpo hacen suponer que
el refugiado estuvo expuesto a las llamas
más tiempo del que se calcula oficialmente
(según el informe de la fiscalía
los policías de servicio tardaron
cinco minutos en socorrer a Oury Jallow).
Por otra parte, el forense considera que
es difícil de explicar cómo
una persona en el estado de embriaguez del
detenido, y atado de pies y manos, fuera
capaz de sacar un mechero de un lugar oculto
y prender fuego a una colchoneta recubierta
de un material no inflamable o a sus ropas.
Después de semanas de silencio informativo
la fiscalía de Dessau presentó
a finales de mayo las conclusiones provisionales
de su investigación. En ellas se
considera que Oury Jallow intentó
suicidarse, aunque también se afirma
que el joven africano tal vez podía
haberse salvado si los policías hubieran
reaccionado a tiempo. La fiscalía
acusa por ello a dos agentes responsables
del registro al detenido de homicidio involuntario.
El mando a cargo de la comisaría
en la mañana del 7 de enero, fue
trasladado y posteriormente suspendido.
La fiscalía le acusa de lesiones
con resultado de muerte por haber ignorado
la alarma anti incendios.
La audiencia de Dessau todavía
aún no ha decidido si las acusaciones
de la fiscalía tienen suficiente
peso como para enjuiciar a los policías.
Recientemente, y cuando ya
se creía cubierto el cupo de “trágicas
coincidencias”, se supo que hace dos
años ocurrió un hecho similar
en la misma comisaría, con el mismo
médico de guardia y el mismo oficial
al mando. Entonces murió un detenido
de 36 años por fractura de cráneo.
Hasta hoy nadie sabe explicar cómo
se produjo. El parte oficial supone que
el detenido ya presentaba esa lesión
antes de ser arrestado.
En Dessau, la sospecha de
prácticas discriminatorias de la
policía no es nueva. En junio de
2004, un peticionario de asilo de 37 años
fue golpeado y pateado en plena calle por
tres personas, que tras la golpiza se identificaron
como policías. Posteriormente obligaron
al refugiado a desnudarse en la calle para
cachearle. Según la Asesoría
para Víctimas de Violencia Ultraderechista,
las personas de color son para las fuerzas
del orden de Dessau sospechosos (por principio)
de traficar con drogas. La asesoría
tiene conocimiento de cuatro casos de presuntos
abusos policiales en los últimos
tiempos
Fuentes: indymedia-alemania; www.thevoiceforum.org
(con artículo en español);
Informaciones en Mitteldeutsche Zeitung
y Junge Welt