¡Quién da menos! Salarios en
Alemania.
Por Luis
M.Rivas ulises@gmx.net
Las organizaciones empresariales
alemanas (y sus apéndices en los
medios de comunicación) no dejan
pasar un día sin lamentarse sobre
los descomunales costes laborales en el
país. La realidad, sin embargo, hace
tiempo que habla otro idioma y, para demostrarlo,
empresas de países vecinos están
trasladando su producción a Alemania,
precisamente, por los bajos salarios que
se pagan acá en cada vez más
sectores.
El último ejemplo es el de los consorcios
daneses de productos cárnicos Tulip
y Danish Crown, que anunciaron el cierre
de dos gigantescos mataderos en su país
para instalarse en las localidades del norte
de Alemania Oldenburg, Boitzenburg y Schüttorf.
En un debate televisivo, el primer ministro
danés Rassmussen recordó al
jefe de los sindicatos (Bostrup) las razones
de dicha deslocalización:”En
Alemania se pagan salarios de miseria…es
como en el salvaje oeste americano”.
Un comentario que uno de los mayores diarios
daneses, el Jyllandposten, ilustró
aún más:”un empleado
de matadero en Alemania cuesta la tercera
parte de un danés”. Los consorcios
se aprovechan fundamentalmente del empleo
de mano de obra procedente del este de Europa.
Danish Crown, por ejemplo, establece contratos
por obra de un año de duración
con subcontratas alemanas, quienes, a su
vez, pagan a los trabajadores una cantidad
por un volumen determinado de carne tratada.
Una portavoz de Danish Crown resume en qué
consiste la ética empresarial:”a
nosotros nos da igual cuánto cobran
por hora trabajada los empleados y bajo
qué condiciones cobran ese salario.
Sólo nos fijamos en los costes globales”
13.000 trabajadores tiene Danish Crown en
Dinamarca. A la pregunta de por qué
no emplean esa mano de obra inmigrante en
la misma Dinamarca en vez de irse a Alemania,
la portavoz del consorcio recuerda que “aquí
tenemos convenios colectivos que hay que
respetar”. Los empleados daneses,
además, están prácticamente
todos sindicados, mientras en Alemania,
ene se tipo de centros productivos, la afiliación
no llega al diez por ciento.
Fuente: www.labournet.de/
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