„La versión alemana de Le Monde diplomatique falsea información“

Una entrevista a Marie-Dominique Vernhes, docente y redactora del Newsletter de ATTAC “Sand im Getriebe”.

 

Por Peter Wolter

Ud. se ha dedicado a comparar las versiones francesa y alemana de Le Monde diplomatique (LMD). ¿A qué resultado llegó?

No he podido lógicamente comparar todas las publicaciones. Descubrí hace tres años y medio que había grandes diferencias entre el original francés y la edición alemana publicada por el (periódico) taz. Lo que me impresionó fue que un artículo del autor palestino Marwan Bischara, que yo había leído en la versión francesa, aparecía cambiado en la alemana. Los principales pasajes no estaban. En la nota se hablaba de los atentados del 11 de setiembre.

¿En qué sentido había sido cambiado el artículo?
En la versión alemana se presentaba el terrorismo como un fenómeno increíblemente peligroso, mientras que en el original francés se criticaba la política de EE.UU. e Israel. Los traductores habían quitado párrafos enteros, cambiado oraciones e incluído párrafos propios!.

¿Se encontró con otros ejemplos?
Una y otra vez. Claro que uno puede discutir sobre las traducciones, sobre si una palabra o expresión se pone así o de otro modo. Pero me he chocado regularmente con que el sentido había sido cambiado por completo. Los últimos ejemplos son los informes del jefe de redacción de LMD, Ignacio Ramonet, en las ediciones de febrero y marzo.

¿Eso quiere decir, que si un autor escribe para la edición francesa un artículo crítico hacia EE. UU.o Israel, en la edición alemana sus opiniones aparecen suavizadas o cambiadas?

Tomemos un ejemplo de febrero. En el original francés, un título dice, textualmente traducido: “ Objetivo Teherán”. En la versión de la taz se lee: “Preocupación en Teherán”. Un párrafo que trata sobre la planificación de operaciones del ejército estadounidense contra Irán, había desaparecido por completo. Igual que una nota a pie de página, en la que se decía que EE.UU. no ha impuesto sanciones a Israel ni a Paquistán, pese a que ambos estados nunca firmaron el tratado de no proliferación nuclear, y se dotaron de armas atómicas. También en “Atlas de la globalización”, publicado por LMD, se falsearon pasajes sobre Palestina e Israel.

¿Hay que pensar en intenciones políticas? ¿O se tradujo simplemente mal?

No sé qué intención hay detrás. Para mí, está claro que un proceder semejante es una falta de respeto hacia los autores, que obviamente, no pueden siempre comparar las ediciones en otros idiomas con su texto original. Pero esas manipulaciones no son casos aislados, ocurren permanentemente.

¿Qué cuestiones políticas se cambian en la versión alemana?

Me quejé ante la taz porque algunos artículos sobre Israel, Palestina u Oriente Medio ni aparecen en la versión alemana. Eso ha mejorado entre tanto. Pero también se quitan artículos críticos hacia la Unión Europea o sobre la resistencia social contra la globalización neoliberal. La taz tiene, naturalmente, la libertad de hacer eso, en el contrato no figura, por lo que sé, que tengan que tomar todo. Pero me parece que cambiar el contenido, es algo intolerable.

¿Còmo reaccionó la redacción ante sus quejas?

No dijo una palabra. Sobre el artículo de Bishara por ejemplo se informó que era una traducción de la versión inglesa. Que por cierto también encontré en Internet, y era igual a la francesa. Después de eso, el taz no supo más qué decir. Me parece que la redacción tendría que asumir una discusión pública al respecto, y explicar por qué falsea información de un modo tan escandaloso.


Traducción: Verónica Marchiaro
Fuente. Junge Welt, 8 de abril de 200