El
tercer álbum del trío cubano,“El
Kilo”, es una perfecta combinación
de beats y tumbao, en clave de rumba y guaguancó.
El rap cubano imprime así un sello indiscutible
en el mapa de la música internacional.
“En Cuba se le llama
“el kilo” a la moneda más
pequeña”, explica Yotuel, y aclarando
el nombre del nuevo disco de Orishas. “Como
el centavo de euro, el kilo no tiene valor.
No te dan absolutamente nada a cambio. Y sin
embargo, es la base de todo. Quien se quiera
hacer rico, tiene que empezar por el kilo. Es
la clave del éxito.” Y de éxito
sí que se saben los hiphoper cubanos,
que tan sólo en Alemania vendieron 60.000
discos y ganaron un Latin-Grammy a la mejor
banda de Hip Hop del 2003.
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Pese al salto
internacional – “El Kilo”
salió a la venta simultáneamente
en 25 países- Yotuel, Ruzzo y Roldán
se sienten comprometidos con sus raíces.
“Yo nací Orisha, en el underground,
y mi barrio sigue siendo Cayo Hueso”,
recita el estribillo de la canción
que inaugura el nuevo CD. Justamente el
barrio donde Ruzzo y Yotuel formaron una
de las primeras bandas de hiphop de Cuba,
“Amenaza”, considerada la punta
de lanza del movimiento rapero isleño. |
Durante años, el hiphop tuvo una existencia
paralela en Cuba, como género completamente
ignorado por los medios. “El 1996, a Yotuel
y a mí nos invitaron a viajar a Francia,”
recuerda Ruzzo, “alli conocimos a Roldán
y al productor Niko. Ambos trabajaban en un
proyecto en París mezclando música
tradicional cubana con samplers, y música
electrónica, con unos aparatos que no
habíamos visto en la vida. En Cuba hay
más de 300 grupos de rap, pero no hay
estudios independientes, no hay dinero ni técnica,
nada de nada.”
Aunque Ruzzo aclara que “no vivimos en
el exilio, podemos volver cuando queramos a
Cuba”. En su última visita, los
Orishas tocaron en La Habana ante 25 mil personas.
No hay rap en la radio.
“En Cuba siguen dominando la escena grupos
como Orquesta Aragón, Charanga Habanera,
Los Van Van. Son excelentes músicos,
pero su prevalencia impide que se pase rap en
la radio”, afirma Roldán.
Por otro lado, los Orishas agradecen
su éxito justamente a los elementos tradicionales
de la música cubana, incorporados al
rap y al hip hop. Esto lo sabe bien Roldán:
“La tradición cubana está
dominada por el Buena Vista Social Club. Del
otro lado estamos los Orishas. Somos la banda
más avanzada de Cuba. “
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El Kilo canción a canción
“Nací Orishas” recuerda,
en efecto, a cualquiera de los momentos más
contundentes de “A lo cubano”, puro
changó-flow habanero entre Ruzzo y Yotuel,
arbitrado, a bote pronto, por el inconfundible
swing sonero de Roldán. “Distinto”
es otra cosa: hip hop suave, sincopado, rico
en mensajes líricos, espléndido
en su coda de percusión que enlaza con
“Elegante”, donde las trompetas
se abren hacia todo lo latino, el reggae y el
dub llevan hasta Kingston (Jamaica) y el trance
conduce a las pistas de baile. “El Kilo”:
puro R&B latino, cadencia serena con guitarra
acústica y un prodigioso reparto de papeles
vocales que se ponen de acuerdo en un estribillo
sobre verdades y mentiras. “Que se bote”:
una nueva muestra de tumbao moderno, sobre el
que se tira el verbo afilado y amenazante de
los tres titanes cubanos; una misma rima con
tres cabezas. “Reina de la calle”:
de nuevo el timbre privilegiado de Roldán
en un tema de obvio destinatario femenino y
argumento en metálico. “Tumbando
y dando”: otra muestra de contundencia
y vuelta a los orígenes. Y “Al
que le guste”, otro clásico: no
podía faltar un poco de sentido del humor,
ni la clave de guaguancó, ni el tradicional
tres, ni un guiño al maestro Rubén
Blades. “Por amor al arte”: una
nueva salva timbera que se vuelve tradicional
gracias a la sensacional sección de metales,
estribillo pegadizo, de los temas más
melódicos. “El bombo”; llámalo
electromambo, de nuevo reminiscencias de “A
lo cubano”. “La calle”: parte
de la base de un folklore latino indefinido
que sirve para soltar la lenguaraz verborrea
sobre latidos digitales, castañuelas,
marimba y guitarra. “Stress”: un
recordatorio que nunca está de más:
vivir el instante. Y un himno, “La vacuna”.
¿El broche? “Quién te dijo”:
o lo que es lo mismo, cómo acallar murmuraciones
sobre la dispersión de Orishas.
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