PorPedro Cayuqueo
El poderío económico, político
y militar de China, la expansión del Islam
y la emergencia de un movimiento radical indígena
en Latinoamérica, son algunos de los fenómenos
que el National Intelligence Council (NIC) ha identificado
como probables amenazas para la hegemonía de
EEUU el año 2020. Así lo establece su
tercer informe sobre proyecciones futuras publicado
recientemente y entregado al Departamento de Estado
para guiar la política exterior de la principal
potencia político-militar del planeta. El documento
fue elaborado en base de información recabada
y procesada por unos 13 organismos estatales de inteligencia,
entre ellos la CIA y complementada con las conclusiones
de reuniones y conferencias de expertos en Estados
Unidos, además de seis conferencias regionales,
una de las cuales se desarrolló en Santiago
de Chile.
Para el año 2020 se estima que
el PIB de la República Popular China será
mayor que el de la mayoría de los países
de Occidente. Y aunque el poderío del gigante
asiático es casi una certeza en el futuro cercano,
es una incógnita si sus relaciones con otros
países serán de cooperación o
más bien de confrontación. El Islam
por su parte, tanto en su vertiente religiosa como
política, tenderá a acrecentar su impacto
mundial y aunque es probable que Al Qaeda ya no exista
el 2020, esta será reemplazada por otros grupos
islamistas radicales, mucho más pequeños
y eficientes gracias a los avances en la tecnología
de la información. ¿Y qué sucederá
en Latinoamérica? Nada bueno. La emergencia
de movimientos indigenistas políticamente organizados
hará tambalear los estados y pondrá
en serio riesgo la seguridad regional. Los casos de
México, Ecuador, Bolivia y Chile ya lo estarían
advirtiendo.
¿Una catastrófica predicción
de Nostradamus? No. Más bien los resultados
del último informe del Proyecto Global Trends
2020, impulsado por el National Intelligence Council
(NIC o Consejo Nacional de Inteligencia) de los EEUU
y que busca identificar las probables amenazas para
la hegemonía mundial del país del norte
hacia el año 2020. En una perspectiva de 15
años hacia adelante, el Informe presenta las
principales tendencias y escenarios para el mundo
en materia política, económica, social
y militar, buscando de esta forma orientar la política
exterior del gobierno estadounidense. Es así
como el NIC reporta sus análisis estratégicos
directamente al Presidente George W. Bush, los cuales
elabora en base de información recabada y procesada
en coordinación con el resto de la comunidad
de inteligencia, compuesta por unos 13 organismos
estatales, entre ellos la CIA, además de la
colaboración de un grupo multidisciplinario
de expertos internacionales.
En su tercera versión -la primera
data de 1997- el Informe del NIC señala que
para el año 2020, el rostro de la globalización
será asiático. Estados Unidos y Europa
tendrán que acomodar a dos nuevos jugadores
-China e India- en el mapa geopolítico mundial.
'Conjugando su sostenido y alto crecimiento económico,
la rápida expansión de su capacidad
militar, y la mera dimensión de su mercado
interno (se estima que el total de la población
de China e India llegará a 2,7 mil millones),
China e India liderarán al continente asiático
en su nuevo rol de poder económico y político
-y potencialmente también tecnológico-
con el que los tradicionales 'patrones del mundo',
Estados Unidos y Europa, tendrán que lidiar
seriamente, debiendo ceder su privilegiada posición
de mando', señala el NIC.
De la misma forma, el Informe advierte
sobre las nuevas amenazas militares y geopolíticas
en ciernes sobre el planeta, entre las cuales identifica
en primer lugar a la expansión del Islam. Según
el NIC, fortalecida por la globalización de
las comunicaciones, el renacimiento de la identidad
musulmana fomentará la expansión del
islamismo radical dentro y fuera del Medio Oriente,
incluyendo el sudeste asiático, Asia Central
y Europa Occidental. La gran población joven
en países árabes, las malas perspectivas
económicas, la influencia de la educación
religiosa, y la islamización de instituciones
como los sindicatos, ONGs y partidos políticos,
mantendrán al Islam como una fuerza política
determinante. Y si bien duda que Al Qaeda pueda seguir
existiendo el 2020, advierte que su lugar podría
ser ocupado por otros grupos islámicos, más
pequeños y eficaces gracias a los avances en
la tecnología de la información.
Indígenas en la mira
La emergencia de los pueblos indígenas
o el reforzamiento de las identidades étnicas
en Latinoamérica no escapan al análisis
predictivo de uno de los principales 'think thank'
que resguardan la hegemonía política,
económica y militar de los EEUU en el planeta
y la región. Para realizar este verdadero escáner
contrainsurgente, el NIC contó con la colaboración
de numerosos expertos latinoamericanos, quienes se
reunieron en una conferencia regional realizada en
Santiago de Chile en junio del 2004, denominada 'Latinoamérica
2020: Pensando los escenarios de largo plazo' y coorganizada
por la Universidad de Georgetown, el Centro de Estudios
Nueva Mayoría (Buenos Aires) y la Universidad
Adolfo Ibáñez (Santiago).
Tomando como ejemplos el levantamiento
zapatista en el sureste mexicano, el ascenso político
del movimiento indígena en Ecuador, el discurso
fundamentalista y radical de un sector del movimiento
aymara en Bolivia (MIP) y la lucha de los mapuche
en el sur de Chile, el Informe es claro en destacar
que temas como la gobernabilidad democrática
y sus instituciones, la inserción internacional
-incluyendo la relación con Estados Unidos
y las principales potencias mundiales- y la seguridad
frente a las nuevas amenazas -entre ellas el narcotráfico
y las reivindicaciones indígenas- serán
los principales factores que determinarán el
futuro latinoamericano de cara al 2020.
'En el sur de México, la región
andina y algunos países centroamericanos, reivindicaciones
territoriales impulsadas por grupos indigenistas irredentistas
podrían incluir el escenario de insurgencia
armada y violencia política', predice entre
sus conclusiones el documento titulado ', que contó
con la participación de 'expertos' chilenos
como Andrés Allamand (RN), Enrique Correa (Ex
PS) y José Joaquín Brunner, este último
sociólogo, ex ministro del gobierno de Eduardo
Frei y uno de los directores de la Fundación
Paz Ciudadana, 'think thank' de la derecha empresarial
chilena, promotora de las políticas represivas
de 'tolerarancia cero' del ex alcalde de New York,
Rudolph Giuliani.
'La emergencia de movimientos indigenistas
políticamente organizados también puede
representar un riesgo para la seguridad regional.
Si en los próximos años los movimientos
de reivindicación indigenista no logran inserción
en el sistema político ni determinados niveles
de inclusión social, existe la probabilidad
de que muchos movimientos evolucionen hacia reivindicaciones
de tipo autonómico territorial como sucediera
décadas atrás en la costa atlántica
nicaragüense; en el sur de México, la
región andina y algunos países centroamericanos',
lo que a juicio de los expertos amenazaría
gravemente la 'integridad territorial' de numerosos
estados.
'Algunos conflictos latentes y en curso,
particularmente aquellos que involucran a grupos étnicos
transfronterizos, amenazan con regionalizarse. En
el peor de los casos, podría resultar con algunos
territorios y poblaciones fuera de cualquier control
gubernamental efectivo'. Pero no solo eso. A juicio
del NIC, 'algunas reivindicaciones territoriales impulsadas
por grupos indigenistas irredentistas podrían
incluir el escenario de insurgencia armada y violencia
política', advierten los expertos, conscientes
que gran parte de los territorios históricos
de los pueblos indígenas en Latinoamérica
se encuentran hoy divididos por las fronteras de los
actuales estados, como ocurre con el Kollasuyo Aymara
(Peru, Chile y Bolivia) o el Wallmapu de los mapuche
(Chile y Argentina).
'El irredentismo indigenista plantearía
altas dosis de incompatibilidad con el orden político
y económico occidental sostenido por los latinoamericanos
de origen europeo, y por lo tanto una profunda fractura
social, que derivaría en insurgencia armada,
respuestas represivas por parte de gobiernos contrainsurgentes,
violencia social y balcanización política
y territorial. Un escenario de turbulencia como éste,
ahuyentaría capitales, inversiones y la propia
dinámica del mercado por un período
prolongado. Asimismo, se profundizaría la heterogeneidad
regional, entre los países que sufrieran el
ascenso del irredentismo etnopolítico (en la
Región Andina o Guatemala) y aquellos países
de población mayoritariamente europea (el Cono
Sur)', enfatizan.
La conexión terrorista
La relación entre los movimientos
étnicos y grupos terroristas internacionales,
pregonada por la prensa sensacionalista y contraria
a las reivindicaciones de los pueblos indígenas,
como es el caso del diario empresarial El Mercurio
en Chile, no escapa a las catastróficas predicciones
de los expertos al servicio del NIC. 'Poderes fácticos
y actores armados no estatales (mafias, narcotraficantes,
grupos terroristas internacionales) podrán
establecer diferentes tipos de alianzas estratégicas
con grupos armados irregulares en la región.
Areas sin control pleno del estado (los departamentos
de Boyacá, Caquetá y tantos otros en
Colombia; las fronteras venezolano-brasileña
y venezolano-colombiana, áreas de Cochabamba
en Bolivia, las costas de Haití, etc.) constituirán
blancos privilegiados de este tipo de alianzas que
representan un riesgo para la seguridad global', señalan.
Pero no sólo las probables conexiones
con Al Qaeda preocupan a los expertos. El progresivo
encuentro evidenciado en los últimos años
entre el movimiento indígena y grupos contrarios
a la globalización, asi como sectores del movimiento
popular latinoamericano, también es materia
de análisis y predicciones. 'El ascenso a gran
escala de movimientos indigenistas radicalizados,
políticamente revolucionarios, en varios países
de la región, podría incluir la convergencia
de los indigenistas con algunos o varios de los movimientos
sociales no indigenistas, pero con frecuencia radicalizados
('sin tierra' brasileños, campesinos paraguayos
y ecuatorianos, piqueteros argentinos, grupos antiblobalización,
etc.), que existen en la actualidad', señalan.
'A principios del siglo XXI, grupos
indigenistas radicalizados existen en la mayoría
de los países latinoamericanos. Este escenario
supondría que, para 2020, los mismos han crecido
exponencialmente y logrado la adhesión mayoritaria
de los indígenas en sus países; un 'efecto
demostración' o 'contagio' podría hacer
que una rebelión indigenista en un país,
se extienda a otros países', señalan.
Y para evitar todo esto, la receta pareciera ser la
tolerancia cero de Giuliani: mayor inversión
en defensa militar y estrechar por supuesto los lazos
con el gobierno de los EEUU, escenario que ven con
preocupación ante la llegada al poder de numerosos
mandatarios de izquierda en la región, tales
como Hugo Chávez en Venezuela, Lula da Silva
en Brasil, Tabaré Vázquez en Uruguay
y el populista Néstor Kirchner en Argentina.
'Este escenario de ola antiimperialista
continental implicaría sub-escenarios de aislamiento
internacional, empobrecimiento y fuga de capitales,
conflictividad e ingobernabilidad a nivel continental'
señalan, para finalizar con una sentencia que
no deja lugar a especulaciones respecto de la orientación
del Informe. 'El vínculo que establezcan los
países de la región con Estados Unidos
será determinante', para su futuro político
y de seguridad, señalan.
El caso mapuche
No es primera vez que los mapuches de
Chile figuran en informes de inteligencia continental.
El año 2002, un documento secreto de la Conferencia
de Ejércitos Americanos (CEA) denominado 'Apreciación
Combinada de la Situación Subversiva en el
Continente', señalaba que el conflicto mapuche
podría convertirse en una amenaza no solo para
la estabilidad político-institucional del Estado
chileno, sino además para su 'integridad territorial'.
De acuerdo al documento elaborado en
el marco de la Conferencia de Ejércitos Americanos
(CEA), que integran altos mando castrenses de toda
la región, los jefes militares expresaban inquietud
por el avance del 'Movimiento Indigenista' el Latinoamérica,
principalmente el caso del pueblo mapuche, que a juicio
de los analistas podría llegar a constituir
'un tema relevante de seguridad nacional', tanto o
más que la acción terrorista que realizaron
o podrían realizar grupos subversivos chilenos
descontentos con el modelo económico-social
imperante.
En parte del estudio, que abarcaba toda
Latinoamérica, se manifestaba en tono inquietante
que la 'internacionalización de los conflictos
étnicos, constituye una amenaza latente a la
integridad de los estados'. De acuerdo a la reflexión
de los oficiales de la CEA, en América Latina
'estamos sin lugar a dudas frente a un panorama estratégico
todavía incierto, complejo, volátil
y al parecer precariamente estable que no termina
de decantarse'. Años antes, en 1999, un balance
similar había sido dado a conocer por el Centro
de Estudios e Investigaciones Militares de las Fuerzas
Armadas de Chile.
En el documento 'El conflicto Mapuche
y su Impacto en la Seguridad Nacional', la activa
resistencia mapuche en las regiones VIII y IX del
sur de Chile se transformó en un tema de seguridad
para los militares. El balance del documento era contundente.
'Los mapuche son un problema de seguridad porque afecta
el orden interno y la tranquilidad pública
del país, a través de diversos llamados
que los dirigentes del movimiento han efectuado a
transgredir el ordenamiento jurídico', amenazando
además con sus discursos de autonomía
la 'integridad territorial' del estado chileno.
|